domingo, 20 de junio de 2010

Alma

Sobre las encendidas copas de los árboles,
allí donde el viento suspira
al final de una tarde cualquiera,
brilla, entre risas,
el borde de la locura.

Arrancando destellos sobre lo real,
que me abraza
desde que no estás,
¡oh alma!

En los espacios insondables
de la mente,
me deslizo infinitesimal
sobre tu piel de símbolos,
ardua y dulce,
apenas fugitivos de las sombras
clareando sobre un alba que pronto,
quizás,
nos abrase

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