Recuerdo que
como un nómada
en la ruta de la seda
soñaba los caminos
los dibujos de la arena
sobre tu piel
Casi escucho la música
resplandece la luz
de espuma y mar
adornada por nuestros juegos
que se extienden sobre el tapiz
de aquellas horas nuevas
Puedo ver tu mirar
de luz marina
Tu sonrisa traviesa
cruza los eones imposibles
de aquella juventud
en que yo ya era viejo
Vuelve el estruendo de las olas
húmeda de sal y frío
tiembla mi piel
y los instantes en que la noche regresa
queman hoy esta mente y este ser
Recuerdo que me despedí de ti
en silencio
soñándote un vivir feliz
Parece que fue ayer
Pero ahora algo de esto
que era yo
todavía sigue aquí
¿Quién es ese Dios
tan afligido
que nos dejó sin ti?
Hijos del avatar
Una ciudad distinta
y una tarde rancia
hecha de horas
sin olas sin arena
en un giro de la rueda
nos encontramos
una última vez
y te fallé
Me miraste y no me viste
Tan seria y abatida
apenas te reconocí
Cruzamos dos míseras palabras
y ni siquiera un silencio
Tan distantes…
No recordé tu risa
bella
no busqué tu mirada
no traspasé las horas del estúpido cronos
para volver a ser
niños que ríen
bajo el atardecer
Dicen que ya no estás
¿Cómo es posible?
Ahora sólo recuerdo
las fronteras malditas
que una vez no crucé
Fuera del tiempo
cuando tus ojos se pierden en los míos
sueño que vuelvo a aquel momento
de aquel aciago día
para beber tu indiferencia
y sin temor
narrarte los años infinitos
que recorrí sin ti
contarte que todavía soy tu amigo
Rogar para que continúes aquí.
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