Las muchedumbres esperan mudas
sobre la arena exangüe
un mar de acero
vestido por la helada
murmura sus silencios
La humanidad entera aguarda
bajo el sol rojo
que tiñe de sombras sangre
¿dónde están ahora aquellos juegos?
¿dónde los amantes?
las risas, las caricias,
te busco entre ellos, todos,
te busco y no te veo.
sólo a la brisa-cierzo.
Aterido y enfermo
escucho al acero pervertido
de lo que un día fue océano
atisbo muchedumbres
aguardamos horas, días
que no pasan
no hay tristeza no hay dolor
no hay nada
salvo esta penumbra gris
bajo el sol escarlata
y ni una sola lágrima sobre la arena
Las muchedumbres esperan mudas
con sus ojos cosidos
sobre la tierra helada
un mar de acero y plata
murmura sus silencios
Todo es frío y ausencia
y la brisa del miedo
sopla por esta oscuridad
somos muchos
pero estamos solos
y nuestra desolación es definitiva
Hasta que llegas tú,
pequeña absurda aparición
que corretea inmune
como una cría que se divierte en un sepelio
y se ríe
acariciándolo todo
levantando una cálida brisa
que sabe a vida
si alzas un brazo puedo ver
que las glaucas ondas te saludan
proyectando su luz
que se enciende en la arena
En tus ojos alienta la alegría
que nos salva
las sombras sangre retroceden
la espuma estalla por doquier
y los no vivos viven.
Tú nos salvas.
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