Ahora sé
Que no hay que vivir todos los instantes
A algunos basta dejarlos ir
Apenas contemplarlos distantes
Como se mira al mar
Somos ratas, hormigas
Alabando presuntuosas el delicado brillo
De un pedazo de escoria
Que conmueve nuestras resecas sinapsis
Pero es todo cuanto tengo
Esta alabanza cosida
En los confines de la gnosis
Para tu belleza que eriza
Las pulsantes mareas de mi ser
Camino ciego y desnudo
Mirando a la gente invisible
Que desguarecida en el extravío del camino
Me rehuye
Y ahora sé que no he de vivir todos los instantes
A algunos mejor dejarlos ir
Contemplando ese brillo pausado
De los copos de luz sobre las ondas del mar
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